Una pareja de alfareros portugueses fabrica, desde hace años, utensillos con forma fálica.
La tradición corre el riesgo de desaparecer si nadie se anima a continuarla.
Imagínese que va a un bar, pide un trago y, de repente, el mozo le trae un pene…Cuando le pregunta a qué se debe tanto cariño, el hombre le contesta que simplemente tome de él…
¡No malinterpreten! Lo cierto es que, en Portugal, hace años que se ofrecen botellas, vasos, ceniceros y jarras con forma fálica.
Una pareja de la región de Caldas da Rainha están entre los últimos exponentes de una cerámica muy original, “los penes decorativos”.
Desde hace más de tres décadas, Francisco y Casilda Figueiredo realizan 'miles de miembros' masculinos, de todos los tipos y colores. Las obras son exportadas cada año a Alemania, Francia o Estados Unidos.
Como si tuvieran la idea fija, su taller, a unos 100 kilómetros al norte de Lisboa, está adornado con penes por todos lados.
Pero no todo es para siempre. El excéntrico arte corre el riesgo de desaparecer si nadie toma el relevo de este matrimonio de alfareros sexagenarios. Los Figueirado son casi los últimos que mantienen la tradición, la cual fue iniciada por el rey Luis I en 1861, que sugirió la creación de piezas 'más originales'.
De padres a hijos fue pasando el producto estrella, una botella con forma fálica, que en la actualidad se vende por 15 euros. El resto de los diseños se fueron adaptando a los pedidos que hacían los compradores europeos. Ahora, ¿tendría éxito este producto entre los argentinos?
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